Como parte del reto "Mujeres Nobel de Literatura" retomé mi lectura del "Diario de una buena vecina" de Doris Lessing. Había comenzado el libro unos años antes y lo dejé porque me recordaba la agonía de mi abuela quien murió a los noventa años de edad tras el maltrato de médicos del Estado que le quitaron la medicación y que le daban una bebida azucarada a pesar de ser diabética, entre otras cosas más hórridas. Es que a los viejos, en esta sociedad, se los considera un casi-cadáver. Por eso se los llama "pasivos" que se "retiran"; se los retira, a veces literalmente, cuando se los congrega en un asilo para ancianos, se los trata como niños que esperan, que por magia de la involución, sean de nuevo fetos y luego nada. Pensar que en otras sociedades, que nosotros hemos catalogado con aires de superioridad y mirada etnocéntrica como "primitivos", a los ancianos se los trata con respeto, ocupan los sitios más importantes de la comunidad por la memoria que guardan de los hechos importantes, por la sabiduría de la experiencia y porque ellos representan la cabeza de un linaje, el corazón que aúna a toda una familia extensa.
Estaré en esta historia de dos mujeres, Janna y Maudie, unidas por una amistad que promete muchas emociones.
DATOS DEL LIBRO
Título: Diario de una buena vecina
Autora: Doris Lessing
Año: 2007
Editorial: Punto de Lectura
Páginas: 432
CONTRATAPA
Janna y Maudie poco o nada tienen en común. Janna, una mujer madura pero aún atractiva, dedica todos sus esfuerzos a una actividad profesional que en apariencia le permite realizarse. Maudie, una viejecita encorvada por los años y los sacrificios, se mantiene viva gracias al orgullo indomable que a menudo malogra sus relaci
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