Tiempo soy entre
dos eternidades. / Antes de mí la eternidad y luego
de mí, la
eternidad. E1 fuego; / sombra sola entre inmensas claridades.
Carlos Pellicer
Título: Multiverso
Autor: Leonardo Patrignani
Año : 2013
Páginas: 304
Editorial: B de Block (Ediciones B)
Autor: Leonardo Patrignani
Año : 2013
Páginas: 304
Editorial: B de Block (Ediciones B)
Multiverso significa: “múltiples
universos”. El término ha sido acuñado en 1895 por Williams James. No es solo
pensable para quienes escriben novelas sino que los científicos postulan que es
posible que existan diversos universos simultáneos, llamados por algunos como
dimensiones alternativas. ¿Fascinante o terrorífico? La Gabriela de un mundo alternativo
estará escribiendo, será docente o será otra cosa; quizás fue más valiente y
pudo ir más allá de mis posibilidades tangibles.
Elegí la
novela por el título. Multiverso me sonó a Metaverso, esos mundos virtuales
donde uno es encarnando un avatar. Además la historia me pareció interesante.
No he podido largar la novela y la leí en un día. Apenas me levanté para unas
tazas de café. El café y las novelas concretan una alquimia brillante.
Jenny Graver y Alex Loria, los protagonistas, se conocen
sin siquiera haberse visto. Jenny vive en Melbourne y Alex en Milán. Ellos son
adolescentes, asisten a la escuela, los dos aman los deportes: ella, la
natación y él, el baloncesto. Además comparten una manera de comunicarse: telepáticamente previo desvanecimiento en trance. Durante años
mantienen esta comunicación pero ellos quieren avanzar, verse, charlar,
compartir el mismo espacio. Entonces, Alex decide ir al encuentro de Jenny. Luego
de un viaje largo, por fin, están los dos en el mismo punto pero ¿por qué no se
pueden ver? Todo el libro será la revelación
de misterio.
Cuando leí
la sinopsis me dije que está revelando mucho. Luego comencé las primeras
páginas y pensé lo mismo pero al final, el autor ha tenido un inicio acertado y
ha llevado el suspenso hasta la última oración. Con agilidad, mucho dinamismo,
uno quiere avanzar para saber más detalles de lo que sucede, corroborar o
refutar las hipótesis que uno se va armando. Los personajes se despliegan sin
fisuras, sostenidos con firmeza en el devenir de la historia que parece que
nunca acabará de ir y de venir, de girar, de expulsarnos y volvernos a insertar
en ella.
Pierde la verosimilitud en
algunos momentos. Por ejemplo, cuando Alex sale del país tan solo con un
pasaporte. ¿Cómo es que un menor de edad puede salir así tan fácilmente? Si el
autor hubiera dejado en blanco la parte donde él sale y simplemente dijera:
“luego de tantos engaños, pude salir de mi país”, ahí uno podría pensar hasta
que pudo haber coimeado a alguien o llenar lo elidido con alguna otra fantasía.
Lo mismo cuando se registra en un hotel. ¿Un menor solo? Podría haber metido un
personaje secundario, un primo mayor de edad que lo acompañó y luego, en la
ciudad, haberse ido por su cuenta.
La segunda parte de la trilogía
se llama “Memoria”. Estar atentos. Yo estaré pendiente para continuar leyendo
aunque la historia ha cerrado, ahora estoy intrigada cómo la seguirá el autor.
La novela
me encantó y me da dejado pensando que yo soy tantas anuladas y permitidas en
mundos que se abren como abanicos. Y hasta siento nostalgia de todas las que no
fui jamás.
◙ -¿Estás de acuerdo conmigo en que hay acontecimientos
precisos en la vida de cada uno que cambian para siempre su curso? (…) Para
cada uno de nosotros existen muchos diferentes momentos críticos”
◙ Yo no existo
◙ “Son todas líneas”, pensó y comenzó a ver a cada una de
esas personas como una raya trazada sobre un hipotético mapa. Un gigantesco
enredo de calles que se cruzaban, se rozaba, se unían y luego proseguían
adelante. Allí afuera, en los caminos
del mundo, había miles de millones de líneas, de recorridos de vida. Miles de
millones de direcciones. Calles enfiladas, desviadas por azar, a veces
interrumpidas bruscamente. Pensó que dos enamorados no eran más que dos
recorridos a merced del azar. Podían dibujar los trayectos más absurdos en el
mapamundi, dirigirse a cualquier parte y no encontrarse jamás. O bien cruzarse
también varias veces y no reconocerse. Podían tomar el mismo autobús todas las
mañanas, sin saber nada el uno del otro. Así hasta el fin de sus días, sin
relacionarse. Pero bastaba muy poco: un intercambio de frases, incluso casual,
y las líneas se abrían mágicamente unido. Dos grises trazos de un solitario
recorrido se habrían convertido en una sola calle compartida.
◙ Nos estamos buscando desde siempre
Leonardo Patrignani nació en Italia en 1980. Es escritor,
actor y cantante. Formó parte de la banda Beholder. Desde 1999 es comentarista
de EA sports.
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