“Poesía no
completa” fue editado por Fondo de Cultura Económica en el año 2008 e incluye
varios poemarios y otros poemas recientes y anteriores a 1957, lo cual lo
convierte en una antología bastante
completa. Los poemas fueron traducidos por Gerardo Beltrán y Abel Murcia.
Lo
primero que leí de la autora fue su poema “La mujer de Lot”. Me fascinó su
forma de escribir, esa manera de explorar las alternativas de un suceso, el uso
de palabras cotidianas para decir cosas de gran intensidad. Inmediatamente, comencé
a buscar en Internet más poemas y sólo
encontré unos pocos más. Para mi felicidad, FCE editó la obra de la autora y compré enseguida su libro. Es la segunda vez
que lo leo y cada vez me presenta nuevas facetas. El uso del humor, la ironía,
la sutileza, son aspectos importantes en su obra.
Leer a Wislawa
Szymborska es adentrarse en la vida
cotidiana como si fuera una vida nueva; con simpleza nos adentra en la complejidad. No hacen faltan grandes
teorías para hablar de la gente, de la existencia, incluso ni siquiera ponerse
tan serios y dramáticos. La poeta explota al máximo el humor y la ironía para
mostrarnos esa otra realidad oculta.
Los elementos de la naturaleza están siempre presentes:
hormigas, mariposas, peces, árboles. Además reaparece una voz que cuestiona las
guerras, la violencia, de una manera incisiva pero sin lacrimógenos. Es una de
sus virtudes, condensar en pocas líneas una idea descomunal: “La vida dura unos
pocos rasguños sobre la arena”.
En sus poemas discurren, desde el pasado,
personajes conocidos que se vuelven contemporáneos por medio de diálogos y
cuestionamientos. Uno se topa con la Atlántica, con Isaac, con Lot, entre otros.
Coloca un suceso o un personaje, lo observa desde varios ángulos, lo ironiza,
lo interroga, lo describe, lo niega, para ahondar en una multiplicidad de ópticas
que nos invitan a extraer otras posibilidades ahora ya una relectura sobre lo
cotidiano. Por ejemplo, es su poema titulado “La mujer de Lot” ella expone un
sinnúmero de causas, todas posibles, por las cuales la mujer giró la cabeza hacia
Sodoma, que estaba siendo destruida, y se convirtió en una estatua de sal por desobediencia,
según consta en el texto bíblico.
Tal vez miré hacia atrás por la curiosidad.
Pero además de la curiosidad pude tener otras razones.
Miré hacia atrás porque me dio tristeza la escudilla de plata.
Por distracción: amarrándome el cordón de la sandalia.
Para ya no mirar la nuca justa
de mi marido Lot.
Por la seguridad repentina de que si yo muriera
él no se detendría.
Por la desobediencia natural de los humildes.
Escuchando cómo nos perseguían.
Conmovida por el silencio, pensando que Dios cambiaría de idea.
Nuestras dos hijas se perdían ya tras la colina.
Sentí la vejez en mí. El alejamiento.
Lo inútil de viajar. Sueño.
Miré hacia atrás preocupada por el siguiente paso.
En mi camino aparecieron serpientes,
arañas, ratones de campo y polluelos de buitre.
Ni buenos, ni malos; simplemente lo vivo, todo,
brincaba y se arrastraba con un temor colectivo.
Miré hacia atrás por soledad.
Por la vergüenza de huir a escondidas.
Por las ganas de gritar, de
regresar,
o porque justo entonces se soltó en viento,
desató mi pelo y me levantó el vestido.
Sentí que me veían desde los muros de Sodoma
y se morían de risa una y otra vez.
Miré hacia atrás llena de rabia.
Para gozar plenamente su rutina.
Miré hacia atrás por todas las razones mencionadas.
Miré hacia atrás sin querer.
Fue sólo que una roca giró gruñendo bajo mis pies.
Que una grieta pronto me cortó el paso.
En la orilla un hámster agitaba las patas delanteras.
Y entonces ambos miramos hacia atrás.
No, no. Yo seguí corriendo,
arrastrándome y trepando
hasta que la oscuridad cayó del cielo,
y con ellas grava ardiendo y aves muertas.
Por falta de aliento varias veces perdí el equilibrio.
Si alguien me hubiera visto, pensaría que bailaba.
Es posible que haya tenido los ojos abiertos.
Que haya caído mirando hacia la ciudad.
La ironía, el humor, los juegos de palabras, como mencionamos, son
una constante en su obra. Quizás sea su manera de enfrentarnos contra lo
demasiado sublime, elevado, despegado de lo cotidiano. Cuando dice piedra, es piedra, de manera directa. En una
entrevista ha dicho: “El yeti es el yeti y la piedra es una piedra. Hay una costumbre
excesiva de leer entre líneas, de buscar mensajes secretos. Mi poesía no
esconde nada”.
En
algunos poemas, inclusive, ya no nos muestra diversas alternativas sino la imposibilidad, el no suceso. Por
ejemplo, en su poema “La no llegada” muestra cómo podría haber sido un
encuentro a partir de la ausencia, todo eso que no fue pero que podría ser y
que tiene su existencia también en su abolición. “Fuiste avisado con una carta
no enviada”. Afines son los juegos de “qué
pasaría si…” donde abre una especulación acerca de eso que no sucedió o no es
posible de suceder “en el paraíso
perdido de la probabilidad”.
Luego
también hay otros temas recurrentes como la crítica a la razón como aspecto distintivo
de la humanidad, y con ello, la ciencia, la academia, “los círculos cercanos al
cielo”, la verdad única. “Se descubrió una nueva estrella, / lo que no
significa que se haya hecho más claro / o que haya aparecido algo que hacía
falta” (poema “Exceso”). “No existe un
chacal autocrítico” (poema “Elogio de la
mala conciencia de uno mismo”). “Cuatro mil millones de seres en esta tierra /
y mi imaginación sigue siendo la misma” (poema “El gran número”). Está presente también esa línea que nos ata a
las otras especies, por lo tanto, la autora, intentará anudarnos de nuevo a nuestra
filogenia, la procedencia acuática,
nuestro lugar como un suceso más en la naturaleza. “Dejaste el vacío en la
cabeza y ansías el saber” (poema “La cueva”). “Desde hace mucho cerré mi tercer ojo ante
todo esto, /me despedí de todo con la aleta, me encogí de ramas” (poema “Discurso
en el depósito de objetos perdidos”). “Y
qué hago aquí. / En un día que es martes.
En una casa y no en un nido. / En una piel y no una vaina. Con un rostro
y no una hoja” (poema “Asombro”). “…apenas si acaba de labrar su mano,
descendiente de una aleta, / el pedernal y el cohete, / es fácil ahogarlo en la
cuchara del océano” (poema “Un encanto).
Su
poesía nos permite dudar de nuestro
orden, nos adentra en otros posibles. “…hombres, mujeres / (si esta división
sigue vigente), /han atravesado este umbral / (si esto es un umbral)” (poema
“Cálculo elegíaco”) Ella duda de la humanidad,
de ese todo universal, inalterable, que porta rasgos esenciales que
perviven. Ella prefiere hablar de “gente”, quien cruzó un puente, quien camina
por la ciudad, quien dejó encerrado a un gato en un departamento y se fue.
VERSOS SUBRAYADOS
●Nuestro botín
de guerra es el conocimiento del mundo.
●¿Lo ven?, ésta
es Hania, una buena sirvienta. / Y esto no son sartenes sino aureolas.
●Su mantón raído
le ladra al viento
●¿Y los pájaros?
No te hagas ilusiones: / ayer vi cómo en el cielo / escribían abierta y
claramente / el nombre con el que te llamo
●Y los peces se
acercaban / a la orilla como estrellas
●Enseño a callar
/ en todos los idiomas /con un método contemplativo
●Se necesita
persona / para llorar / los viejos que mueren / en los asilos
●Un minuto de
silencio por los muertos / dura a veces hasta entrada la noche
●Nos conocemos a
nosotros mismos / en la medida en que nos ponen a prueba. / Se lo digo a
ustedes / desde mi ignorado corazón
●La eternidad de los muertos dura / mientras
se le paga con memoria, / moneda inestable. Y no hay día / en que alguien
no pierda su eternidad
●Nuestro hijo,
que tenga un nombre eslavo, / porque aquí cuentan los pelos de la cabeza, / porque
aquí separan el bien del mal / según el nombre y la forma de los párpados
●Así que esto es
el Himalaya. / Montañas corriendo hacia la Luna. / El momento del despegue eternizado / en
un cielo de pronto descosido. / Un desierto de nubes perforado. / Golpe en la nada.
●Yeti, no todas
las palabras / condenan a muerte
●Tengo un cuerpo
individual que en nada se transforma, / y soy desechable hasta la médula de los
huesos
●Hora en que la
tierra niega nuestros nombres
●Tanto a ti como
al pez y a todos / los reafirma la vida
●La vejez es
solo una moraleja / en la vida de un criminal
●A falta de
eternidad, han reunido / diez mil cosas viejas
●Quien quiera
ahogarse ha de tener un hacha para horadar el hielo
●No retendré ni
una briza de hierba / totalmente de acuerdo con su imagen
●La historia redondea los esqueletos por
decenas. / Mil y uno siguen siendo mil. / Ese no es como si no existiera: /
feto imaginario, cuna vacía, / cartilla abierta para nadie, / aire que ríe,
grita y crece, / escalera hacia el vacío que baja al jardín, / lugar de nadie
en la fila
●Cantaban con
tierra en la boca. Un bello canto / que habla de cómo la guerra llega
directamente al corazón. / Escribe qué silencio hay aquí
●El ambiente se
volvió incómodo, cayó el silencio. Las verdades generales tienen ese problema
●Se hizo un violín de cristal porque quería
ver la música
●Estropeó el
reloj del ayuntamiento para detener de una vez por todas la caída de las hojas
de los árboles
●Si los elegidos
de los dioses mueren jóvenes, / ¿qué hacer con el resto de la vida?
●El pez en la red no canta con mi voz
●Nunca más
volveré a morir tan levemente / tan más allá de mi cuerpo, tan sin saberlo, /
como alguna vez en un sueño
●Faltan labios
para pronunciar / tus nombres fugitivos, agua
●La ausencia
tomó forma de horizonte
●Dejamos de
pertenecer a los animales. / Quién dejará de pertenecer a nosotros
●La vida es la
única ocasión
●La alegría de
escribir. / La posibilidad de hacer perdurar. / La venganza de una mano mortal
●Vivir significa
estorbar
●Esta primavera los
pájaros han vuelto para regresar demasiado temprano. / Alégrate, razón, también
el instinto se equivoca
●Para haber
tenido una difícil infancia en la obligatoriedad de la manada, / no está mal
como individuo
●Piedad para
nosotros que somos de planta / con derecho a descansos y a domingos libres
●Yo misma me
sorprendo de mí misma, de lo poco que quedó de mí: / un individuo aislado, del
género humano por ahora, / que sólo perdió su paraguas ayer en el tranvía
●En el centro
del cuerpo de la holoturia se abre un precipicio / de dos orillas
repentinamente ajenas entre sí. // En
una orilla la muerte; en la otra, la vida. / Aquí la desesperación, allá la
esperanza
●Me alegra,
antes de morir, / conseguir siempre despertarme
●Mirad qué
felices: / ¡si disimularan aunque fuera un poco, / si fingieran aflicción para
animar a los amigos!
●Sé que mientras
viva nada me justifica /porque yo misma me lo impido
●La vida dura unos cuantos rasguños en la
arena
●Solo lo humano
saber ser verdaderamente ajeno
●Difícil saber
quién es quién por fragmentos
●Es triste por
naturaleza el ser humano
●No hay más
caminos que aquellos de llegada
●En la prosa
puede haber de todo, hasta poesía, / en la poesía tiene que haber sólo poesía
●No hay vida /
que no sea, aunque sólo un instante, / inmortal. // La muerte / siempre llega
ese instante más tarde. / En vano sacude el picaporte / de una invisible
puerta. / Lo que alguien haya logrado, / eso, ya no se lo puede quitar
●La vida, por
larga que sea, siempre será corta. / Demasiado corta para añadir algo
●Nada ha
cambiado. / El cuerpo es doloroso, / tiene que comer y respirar, y dormir, /
tiene una piel delgada y justo debajo de ella, sangre; / tiene una considerable
cantidad de dientes y de uñas, / sus huesos son frágiles, sus articulaciones moldeables.
/ En las torturas, se tiene en cuenta todo eso
●Prefiero que me
guste la gente / a amar a la humanidad
●Tan brutalmente
oprimida por el cielo / está la nube como la tumba
●Mis señas particulares / son el éxtasis y
la desesperación
●El instante más
fugaz también tiene su pasado
●Después de cada
guerra / alguien tiene que limpiar
●Hay tanto de
Todo / que lo hay de Nada queda muy bien cubierto
●Quizá no haya
un lugar que no haya sido un campo de batalla
●Qué moraleja
sale de todo esto: parece que ninguna. / Lo que de verdad sale es la sangre que
sea rápida / y siempre algunos ríos, algunas nubes
●Lo real
representa lo real, / por eso es mayor su misterio
●No deliran los
sueños, / delira la realidad
●Todo principio no es más que una
continuación
●Árbol clavado
en la tierra, / al que se aproxima un incendio
POEMAS PREDILECTOS
AUTONOMÍA
Ante el peligro, la holoturia se divide en dos:
con una parte se entrega para ser devorada por el mundo,
con la otra huye.
Se divide violentamente en pérdida y evasión,
en multa y premio, en lo que fue y será.
En el centro del cuerpo de la holoturia se abre un
precipicio
de dos orillas repentinamente ajenas entre sí.
En una orilla la muerte; en la otra, la vida.
Aquí la desesperación, allá la esperanza.
Si existe la balanza, los platillos no se mueven.
Si existe la justicia, hela aquí.
Morir lo necesario, sin exagerar.
Crecer lo necesarios, de lo que se ha salvado.
Sabemos dividirnos, es verdad, también nosotros.
Pero sólo en cuerpo y susurro interrumpido.
En cuerpo y poesía.
A un lado la garganta, la risa al otro,
ligera, callándose rápido.
Aquí el corazón pesado, allá non omnis moriar,
tres pequeñas palabras como tres plumas de vuelo.
El precipicio no nos corta en dos.
El precipicio nos rodea.
VISTO DESDE ARRIBA
En el sendero yace un escarabajo muerto.
Dobló cuidadosamente tres pares de patitas sobre el
abdomen.
En lugar del desorden de la muerte: elegancia y orden.
El horror de esta imagen es moderado,
su alcance estrictamente local: de la grama a la menta.
La tristeza no se contagia.
El cielo es azul.
Para tranquilidad nuestra, los animales tienen
aparentemente
una muerte
más superficial, no fallecen, simplemente muere,
perdiendo –así queremos creerlo- menos conciencia y menos
mundo,
abandonado –así nos parece- un escenario menos trágico.
Sus pequeñas y humildes almas no nos espantan por la noche,
guardan las distancias,
saben qué son las mores.
Y así este escarabajo muerto en el camino,
en un estado para no echarse a llorar, reluce al sol.
Basta tanto pensar en él como verlo:
parece que no le haya pasado nada importante.
Lo importante está relacionado supuestamente con
nosotros.
Por la vida, sólo la nuestra, sólo nuestra muerte,
una muerte que goza de una preferencia arrebatada.
UNA DEL MONTÓN
Soy la que soy.
Casualidad inconcebible
como todas las casualidades.
Otros antepasados
podrían haber sido los míos
y yo habría abandonado
otro nido,
o me habría arrastrado cubierta de escamas
de debajo de algún árbol.
En el vestuario de la naturaleza
hay muchos trajes.
Traje de araña, de gaviota, de ratón de monte.
Cada uno, como hecho a la medida,
se lleva dócilmente
hasta que se hace tiras.
Yo tampoco he elegido,
pero no me quejo.
Pude haber sido alguien
mucho menos individuo.
Parte de un banco de peces, de un hormiguero, de un
enjambre,
partícula del paisaje sacudida por el viento.
Alguien mucho menos feliz,
criado para un abrigo de pieles
o para una mesa navideña,
algo que se mueve bajo el cristal de un microscopio.
Árbol clavado en la tierra,
al que se aproxima un incendio.
Hierba arrollada
por el correr de incomprensibles sucesos.
Un tipo de mala estrella
que para otros brilla.
¿Y si despertara miedo en la gente,
o sólo asco,
o sólo compasión?
¿Y si hubiera nacido
no en la tribu debida
y se cerraran ante mí los caminos?
El destino, hasta ahora,
ha sido benévolo conmigo.
Pudo no haberme sido dado
recordar buenos momentos.
Se me pudo haber privado
de la tendencia a comparar.
Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera,
lo que habría significado
ser alguien completamente diferente.
LA
POETA
Wislawa
Szymborska nació en 1923 en Polonia y falleció en el año 2012. Es poeta,
traductora y ensayista. Ganó el premio Nóbel en el año 1996. También obtuvo
otros premios a lo largo de su vida.
Algunas de sus
obras: La sal (1962), Cien alegrías (1967), Todo caso
(1972), Gran número (1976) y Gente en el puente (1986), hasta
llegar a Fin y principio (1993)
HA DICHO
◘ Mi lengua es una lengua viva. Utilizo frases
hechas, lengua coloquial, juegos de palabras, que no necesariamente funcionan
en otras lenguas...
◘ No imagino la poesía sin los seres que nos
acompañan en la vida: los animales, las plantas... e incluso las piedras. Mi
animal preferido es el mono.
◘ La escritura requiere soledad, aislamiento,
trabajo y cansancio.
◘ Leo todo el tiempo. Muchos libros de
divulgación científica y de antropología, de zoología. Leo a Brodsky, con el
que tenía mucha afinidad. Pero como no quiero olvidarme de nadie sólo voy a
decir que leo a Rilke. Con él comenzó mi fascinación por la poesía.
◘ Para mí la vida es una aventura con
fecha de caducidad.
◘ Cualquier poema bueno se convierte de
alguna manera en algo abstracto. Pero siempre tiene que ver con la realidad,
con la vida del poeta o con la vida de otros. Las cosas bellas tienen también
algo de metafísicas.
◘ Desde niña he tenido tendencia a darle
vueltas a un asunto y a buscarle la parte cómica. Hay cuestiones, sin embargo,
que ni me hacen gracia, ni me han hecho nunca gracia, ni me la harán: el odio,
la violencia, la estupidez agresiva.
◘ El mundo es cruel, pero merece también
otros calificativos más compasivos.
◘ No deberíamos someternos jamás a las
ideas del grupo. No se puede ser ese
insecto clavado en un corcho con una agujita y una etiqueta debajo. Es
mejor poder seguir volando
◘ Intento mostrar que la vida es
infinitamente rica, incluso en las cosas que parecen más evidentes. Todas las
cosas tienen como mínimo seis puntos de vista: desde los cuatro lados y desde
arriba y desde abajo
◘ El yeti es el yeti y la piedra es una
piedra. Hay una costumbre excesiva de leer entre líneas, de buscar mensajes
secretos. Mi poesía no esconde nada. El día que quiera criticar a los gemelos
Kaczynski, los llamaré por su nombre, no los compararé con Rómulo y Remo
◘ Las cosas que no se saben son las que
convierten la vida en algo fascinante
◘ El poeta de hoy es escéptico e incluso
desconfiado - y puede ser que lo sea sobre todo ante sí mismo. Con disgusto
manifiesta públicamente que es poeta, como si se avergonzara un poco.
◘ La inspiración, sea lo que sea, nace de
un constante "no sé".
◘ Tengo en tan alta estima dos pequeñas
palabras: "no sé". Pequeñas pero con potentes alas. Que nos ensanchan
los horizontes hacia territorios que se sitúan dentro de nosotros mismos y
hacia extensiones en las que cuelga nuestra menguada tierra.
◘ Asimismo, el poeta, si es un poeta de
verdad, tiene que repetir sin descanso "no sé". En cada poema intenta
dar una respuesta pero, no bien ha puesto el último punto, ya le invade la
duda, ya empieza a darse cuenta de que se trata de una respuesta temporal y
absolutamente insuficiente. Así pues lo intenta otra vez, y otra, y más tarde
estas pruebas consecutivas de su descontento con respecto a sí mismo los
historiadores de literatura las sujetarán con un clip muy grande y las
denominarán sus "logros".
◘ El mundo, pensemos de él lo que
pensemos, espantados por su inmensidad y por nuestra propia impotencia frente a
él, amargados por su indiferencia a los sufrimientos -los de la gente, los de
los animales, y tal vez también los de las plantas, pues de dónde la seguridad
de que las plantas están libres de sufrimiento-; pensemos lo que pensemos de
sus espacios atravesados por la radiación, de las estrellas, alrededor de las
cuales se han empezado a descubrir nuevos planetas, ¿ya muertos?, ¿todavía
muertos?, no se sabe; digamos lo que digamos de este inconmensurable teatro
para el que tenemos una entrada, aunque su validez sea ridículamente corta,
limitada por dos fechas categóricas; pensemos lo que pensemos sobre él, este
mundo es sorprendente.
◘ Nuestra sorpresa tiene vida propia y no
resulta de la comparación con nada.
Fuentes:
Poeticas / Elpais/ Las2orillas / Discurso al recibir el Nóbel /
Por: Gabriela
Marta Lago
No hay comentarios:
Publicar un comentario